Excursión río Duero vecinos Rebollar

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EXCURSIÓN POR EL DUERO VECINOS REBOLLAR

Durante el fin de semana un grupo de vecinos del Rebollar ha llevado a cabo una excursión en la que han tenido la oportunidad de conocer el último tramo del río Duero navegando por el mismo. En la excursión participaron vecinos de las localidades de Peñaparda, El Payo, Navasfrías y Casillas de Flores, que disfrutaron de dos jornadas muy agradables.

Uno de los participantes en el viaje, Tomás Acosta Píriz, ha escrito un diario de viaje, que por su carácter didáctico y poético, vamos a reproducir de forma íntegra:

Partiendo el recorrido desde los puentes de Porto y admirar ambas orillas, las bodegas de Gaia, las envidiables estancias entre la agreste vegetación de mayo, el barco “Rota do Douro” fue surcando las abundantes y rápidas aguas y escalando dos de sus esclusas, Crestuma de 13 metros de altura y Carrapatelo de 35 metros. Proseguimos hasta Peso da Regua y la obligada visita a una bodega para catar estos vinos de Porto tan universales por haberlos extendido los ingleses por todo su imperio.

Recalamos en el termal lugar de Sao Pedro do Sul para proseguir el domingo con una visita a Lamego, esa ciudad y diócesis tan histórica en la que vivió su hijo poeta, Fausto Guedes Teixeira que en sus versos advertía de la belleza de la ermita de la Virgen de los remedios (“Fica ao alto dum monte a linda ermida/ da Virgem dos Remedios, padroeira/ da mina linda terra estremecida”). Crítico fue el poeta con la aliada Inglaterra cuando en 1890 impuso un ignominioso ultimátum a Portugal sobre su sueño africano de expansión. Con ironía dice el poeta: /Ó cínica Inglaterra, ó bêbeda impudente, /que tens levado, tu, ao negro e à escravidâo? /citas e hipocresía, evangelio e aguardente/.

Lamego y su belleza merecieron esta visita que tal vez quedó corta para poder ir por la tarde a Viseu. La tormenta abortó el recorrido y nos dirigió a un gran centro comercial de esa ciudad ya conocida por muchos de los viajeros acompañantes.

El día fue un amanecer violeta,

suelo de estrellas del gris al azul

abriéndose a la luz del día.

Duero,

tú, que has nacido en las alturas,

en Pico Urbión, llegas a Porto,

fortificas el corazón viajero.

Hay un saludo verde en este mayo.

¡Es la orilla, mirad bien las orillas!

¡Escalad las canteras a las vides,

al tesoro escondido entre las uvas!

Sentimos la ebriedad del tacto,

el zumo azucarado, el néctar

de los dioses hecho para los vientos,

para el sol que resbala por las cumbres.

No he visto un río de vid tan vestido

ni un mapa verde tan abrupto.

Aquí se sumergió el inglés

borracho de corsario a navegante,

se ancló por siempre a un vino de Porto,

patria para esparcir a todo el mundo.

Se escuchan nombres en vientos de velas,

paisaje y luz marítima corriente,

un río ibérico hacia el mar.

Se ha ido abriendo el agua a nuestro paso

y en tragos de vino diluimos rumbos.

Guardaremos la luz de este horizonte,

capitanes de sueños encendidos.

Palpitan aguas por su abrazo al mar,

tiemblan en sus espejos los instantes,

sombras que se ahogan iluminadas.

Zarparemos también del puerto libre

para marchar más allá del ocaso.

La luz de medio día, qué no falte,

qué se ilumine nuestro azul,

qué no naufraguen siglos de cultura

ni el gran raudal que nos contempla.

Cuando hoy te de alcance la noche,

dormirán las estrellas en tu lecho

y ya en aguas lejanas, soñaremos.

Atravesamos pared de una tarde

para, en casa, surcar el pensamiento

cada vez que su voz nos hace suyos

y el Duero nos inunda de memorias.

(A todos los acompañantes de este viaje, gente entrañable de la comarca del Rebollar. Mi gente.)

Tomás Acosta Píriz.

Fuente:

http://salamancartvaldia.es/not/180387/vecinos-rebollar-van-excursion-bajo-duero/

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